En una novela romántica para mayores de 19 años, me encontraba poseída por la villana Shuphena, un personaje con un trágico destino. En la historia original, Shuphena muere tras obsesionarse con su esposo, el protagonista masculino Ricator, viéndolo como su única salvación. Decidí evitar esa misma obsesión y vivir tranquilamente hasta que se concretara nuestro divorcio.
Sin embargo, mi plan de obtener un divorcio amigable comenzó con obstáculos, pues mi amigo se negó a cooperar y, para complicar aún más las cosas, Ricator seguía mostrándome su lado encantador. "¿No quieres divorciarte?" le pregunté.
"No puedo darte el divorcio. Si pensabas jugar conmigo y luego desecharme, deberías haberte marchado hace mucho tiempo," declaró Ricator. Sorprendida, me encontré en medio de un enigma. "¿Divorcio?" dijo, y añadió, "Sé que tenías sentimientos por otro hombre. No debiste haberme salvado ese día, Shuphena."
¿Ya no tienes intención de divorciarte? ¿Y yo te salvé? ¡¿Cuándo?! Este joven príncipe, que alguna vez fue mi única salvación, ahora se convierte en una figura con la que debo enfrentar mi destino.
Por favor, introduzca su nombre de usuario o dirección de correo electrónico. Recibirá un enlace para crear una nueva contraseña por correo electrónico.